En diciembre de 1997, hace veinte años, acudió al magacín de Canal Sur para confesar 40 años de abusos

Si la cena estaba caliente, paliza; y si no lo estaba, también. A José Parejo no le importaban las excusas para matar a golpes a su mujer, Ana Orantes. La mató a diario y la asesinó el 17 de diciembre de 1997, de forma vil, prendiéndole fuego, en el patio de la casa y delante de uno de sus hijos. La sociedad y la justicia de entonces, tan lejos pero tan cerca en el tiempo, no estuvieron a la altura de la dignidad y entereza de esta granadina, que se marchó al plató de De tarde en tarde en Canal Sur para desparramarse del dolor contenido durante 40 años de agresiones. Contra ella y contra sus siete hijos. Mucho dolor para una pantalla. Los malos tratos eran titulares en los periódicos, noticias en El Caso, cosas de casa, al margen, que no debían destaparse. Con toda la calma que pudo reunir Orantes fue con la cabeza alta al magacín de Irma Soriano para contar su confesión en el silencio de una multitud. Maltratos de todo tipo en un calvario que se extendía a la familia, con hijos huyendo a los hogares de los hermanos que se casaban. Incluso Ana tuvo frases de su reflexión sobre el origen familiar de la actitud de su verdugo. Lo ratificó su hija Raquel, que pudo escapar de los abusos sexuales de su padre. Un horror en aquella casa de Cúllar Vega. Aquella aparición no fue "un contenido más" de las tardes televisivas. De tarde en tarde tenía un gran apartado de talk show, relatos diferentes según el día, con su humor, su tono friki a veces y su paisaje de telerrealidad. Una realidad aparatosa que podía alcanzar más allá de lo sobrecogedor en la voz de Ana Orantes. La mujer de Granada que se casó con 19 años y vivió cuatro decenios de cadena perpetua. Su testimonio dio dignidad al formato, pero también elevó el maltrato contra las mujeres en asunto de prioridad, ejemplo de hasta dónde se fue postergando, hasta tiempos muy recientes, la injusticia contra las mujeres.

Parejo, divorciado pero que aún convivía en el mismo techo que su víctima, no quiso aguantar lo que consideraba una vergüenza para él. Nadie pareció prever que podía tomarse la justicia por su mano. Ana acudió el 4 de diciembre de 1997 al programa vespertino de Canal Sur. El latigazo de sus palabras, removiendo conciencias en Andalucía y en todo el país, fue contundente pero no tanto como para impedir su muerte. El 17 de diciembre se cumplía la horrenda venganza del ex marido. Los malos tratos ya no sería tratados de igual manera en la sociedad española. Tuvo que surgir un testimonio que ahora se antoja como suicida. La dignidad de Ana Orantes puso las cosas en su sitio, aun a costa de su propia vida.