Ha confesado haber matado a sus padres y a su abuelo

La Guardia Civil ha hallado los cuerpos sin vida de tres personas de una misma familia en una casa de Guaza, en el municipio tinerfeño de Arona. El hijo adoptivo de la pareja, un joven de 23 años, ha confesado haber matado a sus padres y a su abuelo materno con un arma blanca.

Los cuerpos, llenos de heridas por arma blanca, se encontraban en el interior de una vivienda en una finca de plátanos, ubicada al sur de la isla, según han explicado fuentes policiales . Los fallecidos son un hombre, de unos 70 años, y un matrimonio, todos españoles que convivían en la misma casa. La mujer había sido degollada.

La alerta la dio el nieto e hijo de la pareja que en un primer momento contó a los agentes que alguien armado había intentado robar en casa y que tras matar a sus familiares, había huido. Presentaba una herida leve por arma blanca, que explicó haber sufrido mientras forcejeaba con el supuesto ladrón. Este hecho y la incongruencia de su relato hizo que los investigadores sospecharan que era que el autor de los asesinatos. El joven de 23 años, tras ser interrogado, terminó confesando los crímenes, según ha confirmado el subdelegado del Gobierno en Santa Cruz de Tenerife, Guillermo Díaz Guerra. El joven habría regresado de la Península hace unos días, donde había viajado para tratar sus problemas mentales. Algunas fuentes aseguran que tenía problemas con las drogas.